Ser padre de un adolescente
Los años de la adolescencia son uno de los períodos más complejos y llenos de emociones, tanto para el adolescente como para sus padres. Las experiencias y transiciones intensas, sumadas a las emociones y las hormonas, pueden hacer que esos seis a ocho años sean difíciles de atravesar. La adolescencia es un viaje sin mapa por aguas desconocidas para el adolescente y, posiblemente, un recuerdo lejano para sus padres. Pero sin importar lo bueno, lo malo y lo feo, los años de la adolescencia son un rito de paso a la adultez. Para comprender mejor cómo ser padre de un adolescente, es esencial tener en cuenta todo lo que ocurre en su interior.
El desarrollo de los adolescentes
Durante los años de la adolescencia, su hijo crecerá física, emocional, intelectual y moralmente. Los adolescentes comienzan a modelar y definir la persona que llegarán a ser en la adultez. Durante este proceso, suele producirse una lucha de poderes. Los adolescentes esperan tener mayor independencia de sus padres y de otros adultos, y se vuelven más autónomos. Como consecuencia, usted observará que su hijo(a) comienza a separarse un poco de usted. A menudo, los adolescentes toman a sus pares como guías y valoran sus opiniones más que las de los adultos; específicamente, más que las de sus padres. Buscando encontrar una identidad propia y descubrir a la persona en la que se están convirtiendo, muchos adolescentes pueden experimentar con su aspecto y con la manera en que actúan frente a otras personas. Durante estos años, el objetivo suele ser formar parte del grupo, y los padres pueden atravesar momentos de mucho estrés y preocupación al ver que su hijo(a) parece transformarse en otra persona de la noche a la mañana.
Señales de que un adolescente tiene problemas
Es común que existan desacuerdos entre los hijos adolescentes y sus padres. A medida que su hijo adolescente busca ser independiente, trata de construir un código de valores sobre lo que está bien y lo que está mal. Este código puede asemejarse o no a sus propios valores. Si bien esto puede parecer un acto de rebelión, es muy probable que su hijo se esté comportando un adolescente común. No obstante, existen señales de advertencia que pueden indicar que su hijo adolescente podría tener problemas:
- problemas con el sueño;
- variaciones extremas en el peso;
- consumo de drogas, alcohol y tabaco;
- episodios con las fuerzas policiales;
- problemas en la escuela o inasistencia a clases;
- cambios en la personalidad;
- cambios en el grupo de amigos;
- mencionar el suicidio o pensamientos vinculados con la muerte.
Estrategias para padres de adolescentes
- Converse: Hable sobre la pubertad antes de que se produzca. Su hijo(a) adolescente debe saber qué esperar con los cambios físicos y hormonales que se producirán. Para iniciar la conversación sobre el tema, puede ser oportuno hablar sobre un examen físico que se realizará próximamente con su médico. Destaque que cada persona se desarrolla a su ritmo, que es único.
- Empatice: Quizás la herramienta más útil para relacionarse con su hijo(a) adolescente sea la empatía. Recuerde su propia adolescencia. ¿Usted era parte del grupo o estaba incómodo(a) con los cambios de su cuerpo? ¿Cómo se sentía en relación con las reglas de su hogar? Piense en las peleas, la confusión y los conflictos que puede haber tenido con uno de sus padres o con los dos. Ponerse en el lugar de su hijo(a) que está creciendo le ayuda a actuar desde un lugar de amor y no de frustración.
- Informe: Abastézcase de recursos útiles para obtener información sobre los cambios de la adolescencia. El conocimiento es un elemento esencial para la compasión. Además, hable con su hijo(a) adolescente o preadolescente sobre las presiones para consumir alcohol o drogas y participar en otros comportamientos riesgosos. Analizar estas presiones de antemano ayuda a los adolescentes a sentirse mejor preparados para atravesar la adolescencia.
- Elija: Piense en el comportamiento de su hijo(a). ¿Quizás solo está tratando de impactarle extendiendo sus alas o su comportamiento es perjudicial y tiene consecuencias graves? Analice sus acciones y elija con criterio qué batallas librará.
- Explique: Hable con su hijo(a) de cuáles son exactamente sus expectativas y cuáles serán las consecuencias. Tener esta conversación antes de que surja un dilema le permite a su hijo(a) adolescente estar a la altura de la responsabilidad, y también evita las consecuencias apresuradas en un momento de enojo. Sea claro y conciso, pero también razonable y flexible. Preparar a su hijo(a) para el fracaso con reglas alejadas de la realidad no ayudará en esta situación.
- Limite: Internet puede ser un territorio peligroso para los adolescentes. Controle sus comunicaciones por Internet y los materiales a los que tienen acceso. Explíqueles que confía en ellos, pero también deles información sobre los peligros que implica comunicarse con extraños a través de Internet. Limitar la tecnología les alienta a tener conciencia de su presencia en línea y cómo pueden protegerse a sí mismos.
- Dé: A menos que haya observado algunas señales de advertencia, piense en darle a su hijo adolescente un poco más de privacidad. Esté al tanto de su vida sin controlar cada detalle. Esto comunica confianza y ayuda a preparar a su hijo adolescente para la adultez en un entorno seguro, saludable y amoroso.
Si bien hemos escuchado el viejo adagio: "Se necesita una aldea para educar a un niño”, puede ser difícil permitir que otros ocupen un espacio que siempre ha sido nuestro. Trate de pensar en los años de la adolescencia como un período de preparación para el crecimiento y la responsabilidad de su hijo. Aliente a su hijo a encontrar un mentor de confianza, un adulto responsable o un familiar a quien pueda recurrir para pedir consejo. Es posible que su hijo no quiera hablar de todos los temas con usted, y no debe tomarse esto como algo personal. En todo caso, demuestra que su hijo está avanzando a un ritmo natural de independencia. Recuerde, en el camino de su hijo(a) hacia la adultez, siempre seguirá siendo su hijo(a), aunque de pronto sea más alto(a) que usted. Mantener una perspectiva saludable sobre los años de la adolescencia, que pueden ser turbulentos, sienta las bases para que mantenga con su hijo(a) una amistad que dure toda la vida.
Fuentes: