El conflicto es inevitable. Donde existe una relación, siempre existirán momentos de fricción ocasionales. El conflicto en el lugar de trabajo no siempre es una señal de que haya un problema grave. No obstante, no lograr manejar el conflicto de un modo productivo hará que la situación empeore. El resultado final suele ser un clima más negativo en el equipo, mayores tasas de ausentismo y menor productividad. Muchas veces, cuando se produce un conflicto, nos situamos en uno de dos extremos: lo evitamos o lo combatimos. Esto rara vez tiene como resultado la resolución de conflictos.

Causas del conflicto

¿Cuáles son las causas del conflicto? En su lugar de trabajo, existen tantos conflictos potenciales como personalidades únicas. Realmente existen infinitos motivos para que surja el conflicto, pero a continuación se mencionan los más comunes:

  • Falta de comunicación: Las personas tienen distintos estilos para comunicar y transmitir información. Tanto en persona como por correo electrónico, es fácil que se produzcan malentendidos.

  • Diferentes personalidades: Las distintas personalidades pueden chocar cuando las personas no logran comprenderse bien. El problema en sí mismo no son las diferencias, sino la falta de predisposición para reconocerlas.

  • Falta de motivación: A veces, las personas no están teniendo un buen rendimiento, y esto realmente no les preocupa. Cuando este problema no se aborda, surge el conflicto.

  • Falta de recursos: En ocasiones, las personas compiten por los recursos cuando no se cuenta con suficiente tiempo o materiales para que todas las tareas se terminen.

  • Diferentes valores: Las personas tienen diferentes visiones del mundo. No reconocer y respetar estas diferencias desemboca en conflictos.

  • No prestar atención a los hechos: Analizar las situaciones partiendo de la emoción y la opinión en lugar de aceptar los hechos generará dificultades para usted y para sus compañeros de trabajo.

Lidiar con el conflicto

Hay formas saludables y no saludables de manejar el conflicto. Algunas maneras no saludables son, por ejemplo, culpar a otras personas o circunstancias, competir con otras personas, conformar a otros y ceder ante la postura de otras personas para resolver temporalmente el problema. Un enfoque más saludable para la resolución de conflictos es hacer acuerdos entre partes y colaborar para alcanzar un resultado positivo.

Estrategias de resolución positivas

La meta obvia es adoptar un enfoque unificado para tener un desempeño óptimo en el lugar de trabajo. Cuando se logra una resolución, todas las partes se benefician. Llegar a ese punto puede ser difícil, de modo que aquí ofrecemos algunas medidas prácticas que pueden ayudarle a alcanzar resultados positivos.

  • Enfóquese en los resultados: Cuando surge un conflicto, la meta última no debe ser “ganar la discusión”. El objetivo es resolver el problema y obtener resultados.

  • Comuníquese en persona: Los conflictos deben abordarse cara a cara. Si no es posible reunirse para hablar personalmente, una llamada telefónica es la siguiente mejor opción. Evite los mensajes de correo electrónico o la correspondencia escrita, porque este tipo de comunicación suele generar mayor confusión.

  • Sea proactivo: Intente ocuparse de los “chispazos” de conflicto antes de que crezcan y sea imposible controlarlos. Identifique posibles disparadores y abórdelos temprano, desde su inicio. Esto resulta especialmente útil antes de que se enciendan los ánimos.

Los siguientes pasos ayudarán a guiarle hacia una resolución positiva:

  • Defina el problema: Es importante verbalizar lo que usted cree que es la causa del conflicto. Esto ayuda a los demás a comprender su perspectiva, y permitir que las demás personas hagan lo mismo también le brinda un mayor conocimiento de los procesos de pensamiento de los demás.

  • Defina sus motivaciones: El siguiente paso es que todas las personas deberían compartir por qué desean resolver este conflicto. Explique por qué la resolución marcará una diferencia en sus vidas y en el lugar de trabajo en su conjunto.

  • Haga tormentas de ideas: En tercer lugar, dé a cada una de las personas involucradas una oportunidad de expresar cómo quisiera que se maneje el problema.

  • Implemente: Por último, determine cuáles son los pasos necesarios para implementar estos cambios. ¿Cómo se ve el resultado final?

Juegue limpio

A continuación, se incluye una lista de otras herramientas para mantener la ecuanimidad al intentar resolver un conflicto en el lugar de trabajo:

  • Manténgase en el presente: Al analizar frustraciones y problemas, es importante estar conectado con el tema actual. Traer a colación quejas del pasado generará confusión. También agregará a la situación emociones nuevas, que no son útiles, y no permitirá que las personas sean objetivas.

  • Evite las palabras que funcionan como disparadores: Las palabras con carga emocional, como “siempre” y “nunca”, solamente sirven para aumentar la tensión que se está generando. Trate de comenzar sus oraciones hablando en primera persona y diciendo “yo” en lugar de usar la segunda persona y decir “tú”, que suena como una acusación. Por ejemplo: “Me sentí frustrado cuando no cumpliste con tu fecha límite semanal”.

  • Evite las triangulaciones: Los triángulos se producen cuando usted recurre a un tercero para quejarse sobre la persona con quien tiene el conflicto. Los chismes van en contra del objetivo de resolver un conflicto. Son contraproducentes, alterarán su capacidad para ser objetivo y harán que la otra persona se ponga a la defensiva.

  • Tómese un recreo:Es posible que necesite dar un paso atrás para mantener la calma en la situación. Los recreos son una herramienta excelente para evitar que las emociones dominen la conversación.

  • Busque un mediador: Algunas conversaciones simplemente se tornan muy difíciles o suben demasiado de tono si no interviene un tercero con una postura objetiva. Contar con otro par de ojos y oídos en una situación puede ser sumamente beneficioso. Muchas compañías cuentan con representantes de Recursos Humanos capacitados en la resolución de conflictos.

En general, los conflictos surgen como resultado de un choque de puntos de vista. Por eso, le recomendamos que tome esta situación como una oportunidad para ver las cosas desde otro ángulo y crecer. Evitar los conflictos no le preparará para manejarlos mejor en el futuro. Cuanto más se esfuerce por resolver los problemas en el lugar de trabajo, más problemas podrá resolver en otras áreas de la vida. Los beneficios de la resolución de conflictos, como la mejora en las relaciones, el aumento de la productividad y la reducción del estrés, superan con creces el costo del conflicto.


Fuentes: